martes, 13 de julio de 2010

¡¡¡¡¡CAMPEONES!!!!!


Supongo que habrá gente que esté hasta el arco del triunfo con tanto fútbol, tanta selección y tanto beso de Iker a Sara, pero yo no lo puedo evitar... ¡¡¡¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO!!!!

Todavía me dura la emoción, todavía cada vez que lo pienso la adrenalina me recorre cada terminación nerviosa, aquel gol del Genio Iniesta, el grito emocionado que escuchó en mi casa, ver a mi padre saltando mientras agarraba fuerte su bufanda, mi hermana abrazandome, mi cuñado (que es cubano) tocando la trompetilla en la terraza de mi casa, hasta mi madre estaba con la lagrimilla... Yo creo que más que el ganar aquella final histórica para la Selección Española, fue el ambiente que se vivió en mi casa aquella noche lo que todavía me emociona.

Y lo mejor fue cuando el lunes a medio día, mi padre me dijo que iríamos a esperar al autobus con los jugadores a la salida del Palacio de la Moncloa y que podríamos ir detrás de ellos con la moto. Llegó pronto del trabajo y yo, ya estaba preparada, con mi camiseta roja, mi bandera atada al cuello y la cara pintada, como cuando era pequeña y nos llevaba a Sis y a mi al Calderón a ver a mi Atleti, toda la parafernalia, nos montamos en la moto (que también habíamos tuneado) y a la esperar en el arcén, junto con otro montón de moteros a que pasara el bus.

El ambiente era espectacular, todo el mundo cantando, todo el mundo de buen rollo hablando contigo como si fueramos amigos de toda la vida y cuando el bus cruzó aquella puerta fue el colofón, los moteros acelerando, las trompetas sonando y todos gritando a la vez "¡¡CAMPEONES!!" Pude ver la copa que brillaba en mano de uno de los jugadores, pude ver a San Iker Casillas y a Reina, en la punta de alante del bus gritando a nuestro ritmo, al Niño Torres, que saludó a mi padre cuando le llamó, a Ramos que me saludó y sonrió a mi (y se que fue a mi, porque ya estabamos montados en la moto y eramos los unicos xD) y al Señor Vicente del Bosque, que conoció a mi padre (que son conocidos de hace tiempo ¡lo que son las cosas!) y también nos saludó haciendo un gesto cariñoso. Y de ahí emprendimos la marcha durante un rato, hasta que la moto empezó a calentarse preocupantemente debido a lo despacio que teníamos que ir y, para evitar averías. Pero ni mi padre ni yo queríamos irnos a casa todavía, así que nos fuimos hasta Plaza de España a esperar a que pasaran por ahí mientras tomabamos una cervecita y, de paso, nos hicimos amigos de unos argentinos que nos invitaron xDD y tocamos juntos la trompeta, pero como tardaban y el que más y el que menos, tenía hambre, y dentro de lo malo ya los habíamos visto, nos fuimos a casa, no sin antes acercarnos a un chaval que repartía unas pulseritas y nos dio una a cada uno de recuerdo...

La putada fue, que creo que el día del orgullo se me estropeó la camara y no pude hacer fotos, pero la experiencia la tengo, aunque no tenga datos graficos de ella... xD

Cuando sea viejita, le podré contar a mis nietos que yo vivi la primera vez en la historia que España ganó un Mundial de fútbol.

sábado, 3 de julio de 2010

Entre guisoteos, chuchos y fantasmas...


Será fruto del aburrimiento, pero últimamete estoy acordandome de aventuras y batallitas que me han pasado en fiestas, curros, viajes o en el día a día y, mira por donde, me ha dado por escribirlas aquí, ya veis, os toca sufrir las consecuencias.. Además, como últimamente estoy taaaaan poco original, he decidido que le voy a poner la etiqueta de "Batallitas"...

El otro día, hablando con mis padres, me acordé de un viaje que hicimos Sis, Fel, dos amigos y yo a mi pueblo (no os diré como se llama porque total, no sale ni en el mapa...) al poco de sacarse Fel el carne de conducir. Desde que se hizo con tan preciado cartoncillo rosa, mi padre nos prestaba el coche que, en teoría (y, efectivamente, se quedó en teoría solamente) iba a ser para cuando yo me sacara el mío, porque él tenía uno nuevo, y ya que teníamos el medio de trasporte y el tiempo, nos decidimos a hacer una escapada. Nos metimos un total de 5 personas (aunque uno abultaba por dos) y dos perros (uno mío y otro de Fel) en un Citroen ZX, mas nuestras mochilas, las de los perros y todas las mierdas que llevamos con el "por si acaso" que eran muchas...

Lo que fue el trayecto en si, lo hicimos sin incidentes, salvo que en la parada de rigor para el café nos dimos cuenta de que ninguno habíamos cogido la pasta de dientes confiando en que lo habría hecho algún otro y nos tocó comprar, que casi me cargo a mi perro por sobredosis de pastillas para el mareo, aunque lo curioso fue, que a la hora de salir a la calle, el cabrón estaba perfectamente, pero era entrar a casa y ponerse malo... ¡Cosas de perros! y que hicimos casi cincuenta quilometros de más porque me equivoqué de salida y dimos un rodeo de la hostia, eso si... A mi me sonaba todo...

Una vez llegamos, mi abuela estaba en la cama mala, y, evidentemente, no ibamos a consentir que saliera para hacernos de comer, así que nos pusimos nosotros, el problema: no sabíamos donde estaban las cosas y mi abuela sin sonotone no se entera de nada. La solución: una mezcla extraña de ingredientes que terminaron comiendose los perros en la cena (los pobres)... Por no hablar de que faltaba una cama y, como no, me tocó dormir a mi en el sofá con la excusa de que soy la unica que cabe...

La segunda fue, cuando al anochecer, nos dio por irnos al río. Para ello tienes que adentrarte en un pequeño bosque de chopos que no deja que pase apenas ni la luz de la luna y, de momento a nadie se le ha ocurrido poner farolas... Pues armadas con una linternita ridicula, nos pusimos en marcha hacia allá siempre acompañadas de las pequeñas fierecillas... Estabamos sentados en un arbol cortado cuando los perros empiezan a ladrar como posesos y, de la nada, nos aparece un pescador que, tras dar unos pasos se desvanece con la misma rapidez en las sombras... Dicho así puede sonar igual de tetrico que fantasioso, pero es q fue así exactamente, porque acto seguido hicimos una foto (con flash, se entiende) y no salió nada, salvo una cosa muuuuy rara que parecía colgada a un arbol y juro que ahí no había nada... Aunque de esto nos dimos cuenta al día siguiente... Y nos acojonamos... Todavía guardo la foto que acredita mis palabras...

Ya a salvo en casa nos dispusimos a cenar, esta vez comida, comida, no como el mejunje raro del medio día, y, como no, después surgió un nuevo problema... ¿Quién era el valiente que iba a sacar a los perros? Podía parecer una pregunta fácil, pero ¡NO! porque llovía, y los mastines asalvajados que rondan por el pueblo por la noche nos impedían a las dueñas de los bichos abandonar la seguridad del hogar, así que se lo encalomamos a los "machos ibericos" de la manada, hasta que una hora después empezamos a echar de menos a las mascotas, que no a ellos y decidimos salir en su busca, de las mascotas también, no de ellos... Y no, no se los había llevado el pescador, es que se les había ocurrido la feliz idea de explorar nuevos horizontes por caminos de cabras y se desorientaron ligeramente... Al estar nublado, les costó volver a encontrar el camino de vuelta (si, manda huevos... Nosotras también lo pensamos en su día...)

En el viaje de vuelta si que no hubo nada reseñable, excepto que se nos voló un paquete de galletas "Yayitas" de manzana que dejamos en el techo del coche...

Fue un viaje muy divertido, con muchas anecdotas, que no escribo aquí por no hacer esto eterno, pero que quedaron para coñas posteriores, y el primero que hicimos "El pack" por nuestra cuenta, así que le guardo en mi memoria con mucho cariño... Después vinieron muchos más, pero eso ya es otro cantar...