martes, 19 de enero de 2010

Fin de semana...


Si el fin de semana pasado contaba que había tenido una tarde de lo más rara, puedo afirmar que éste ha sido completamente opuesto.

El sábado por la mañana me tocó currar. A las 8 de la mañana ya estaba en mi puesto de trabajo enfundada en mi pijama blanco y encendiendo el ordenador para poder abrir las aplicaciones que necesitaría durante esa mañana. A eso de las 8:45 y sin que la clínica estuviese aún abierta, una paciente, que iba a hacerse unos análisis, empezó a empujar afanosamente la puerta, el hecho de que estuviese puesto el candado no la detuvo en su faena y tuve que asomar el morro para avisar que todavía faltaba un ratito (más que nada para que no tirase el chiringuito abajo) pero, cuando me quise dar cuenta, la tenía dentro y el que yo la dijera que abríamos a las 9 y que quedaba un cuarto de hora tampoco la disuadió de su propósito, así que no tuve más remedio que dejarla que esperase sentadita en la sala a que llegase la enfermera (porque no me dio la gana empezar a prepararla los papeles hasta las 9, si se abre a esa hora, es a esa hora, ¡bastante que la dejé entrar! juas!!) La mañana fue bastante movida, cosa que preferí porque ya que una tiene que ir, por lo menos aprovechar el tiempo y no quedarte con la sensación de "para esto me quedo durmiendo en casa" como ya me pasó el primer sabado que fui.

Por la tarde había entrenamiento, pero no fui, preferí quedarme en casa echándome una merecida (y accidentada) siesta y poder ir fresca al cumpleaños, de una chica de mi equipo,(a la que llamaremos, de ahora en adelante Carcelera xDD) que me esperaba esa noche. Al cumple llegué puntual (cosa muy rara en mi y acción que le da aún más puntos al finde... xD) estuvimos cenando en un chino que nos mola y luego a bailar a nuestro rincon de Chueca, donde me lo pase como una enana (no valen chistecitos fáciles, malandrinas!!), nos reímos un montón, hicimos fotos, y, con la inestimable colaboración de Globos, traté (sin éxito) de que una niña se fijase en mi... Cuando cerraron el garito, me propusieraon ir a otro, pero mi pequeño cuerpo serrano no aguantaba más trajín y, como una niña buena, me vine para casa...

El domingo para mi empezó a las 13:30, aunque de no ser por mi madre bien podía haber sido mucho después, pero bueno... Desayuné unos churritos que había traído mi padre y, hoy si, me fui a entrenar (tarde, ahí si, para no variar). Echamos un partidito con unos chavales que suelen estar por allí cuando hace bueno, nos llenamos de barro hasta las orejas (literalmente en mi caso) lo dimos todo e hicimos jugadones. Fue un gran entrenamiento. Luego, como siempre y como buenas deportistas que somos, nos fuimos a tomar unas cañas donde, como siempre también, no faltaron las risas y el buen rollo que nos caracteriza.

Tengo que decir que este fin de semana con las Novias, ha sido para no olvidar. Será porque llevaba tiempo sin estar con ellas, será porque me he fijado en detalles que otras veces se me escapan, será porque he sabido apreciar esos y otros muchos detalles más que otras veces. será por la complicidad y el buen rollo que tuvimos... No lo se, pero ha sido genial...

No hay comentarios:

Publicar un comentario